En la última semana, se ha publicado en al menos 2 medios de comunicación no especializados (ver aquí y aquí) sendos artículos en relación a los anticoagulantes orales.
Dada la confusión a la que creemos que pueden llevar, desde la Junta directiva de OSATZEN queremos dejar claro que ratificamos lo publicado hace un año en nuestro blog “¿Tiene el Sintrom sus días contados?” (en respuesta a otro artículo aparecido en prensa) y mantenemos nuestro apoyo al documento sobre uso de anticoagulantes orales de Osakidetza, que fue consensuado por la Sociedad Vasco Navarra de Cardiología, Sociedad Vasca de Medicina de Familia y Comunitaria (OSATZEN), Sociedad de Neurología del País Vasco, Asociación del Norte de Hematología-Hemoterapia, Sociedad de Medicina Interna del País Vasco, Sociedad Vasca de Farmacia Hospitalaria, y la vocalía de Euskadi de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria.
A día de hoy, la evidencia científica sostiene que el acenocumarol (Sintrom®) es el anticoagulante de elección por su eficacia y seguridad demostrada hasta la fecha, y que los nuevos anticoagulantes orales (NACO) sólo están indicados como primera opción terapéutica en situaciones clínicas concretas (como reflejan los boletines del INFAC nº1 y nº5 del pasado año así como los más recientes informes de la Sociedad Europea de Cardiología o de la AEMPS en su Informe de Posicionamiento Terapéutico, revisados en abril y junio de este año respectivamente).
En conclusión de todos ellos, los NACO hasta la fecha no han demostrado ser más eficaces que el acenocumarol (TODOS los comercializados lo han sido en base a estudios de NO INFERIORIDAD comparados con acenocumarol, NINGUNO DE SUPERIORIDAD). Por otro lado, como todo nuevo medicamento en el mercado, su seguridad está por demostrar, pues hasta que no pasen unos años y se extienda su uso no podremos saber si son o no más seguros que las terapias con más recorrido.
Frente a la aparente ventaja de no precisar controles rutinarios con análisis de sangre (lo cual a su vez nos impide conocer si el paciente toma su medicación dada la frecuente falta de adherencia de los tratamientos crónicos, y que en este caso sería potencialmente grave), está el temor por no disponer de antídoto frente a ninguno de los nuevos anticoagulantes orales (no siendo así en el caso del acenocumarol). No podemos olvidar tampoco las interacciones farmacológicas, la necesidad de monitorizar función renal así como los datos post-comercialización que van apareciendo en relación a hemorragias graves sobre todo a nivel gastrointestinal.
Por todo ello, apoyamos una vez más la prudencia en la prescripción y el uso racional de los medicamentos, y recordamos que el acenocumarol sigue siendo una opción terapéutica absolutamente válida y de elección en una amplia mayoría de casos.
Enhorabuena. Este post era muy necesario
Gracias por el post.Las noticias que mencionan en él son un ejemplo muy claro de la eficacia de los objetivos que se marca la industria con el apoyo a este tipo de iniciativas «Observatorio del Ictus» http://is.gd/cPXvuN ; «Ictus,tú eres el protagonista» http://www.ictustuereselprotagonista.com/; Federación de Asociaciones de Anticoagulados http://www.anticoagulados.info/
Al menos en estas tres webs figura el logo del laboratorio fabricante del «Dabigatrán» (con «b» no con «v» como pone el correo) que nos aclara las cosas. Creo que las SSCC que también apoyan esta campaña,entre ellas la nuestra, no lo tienen todavía en su web.
Parece que nos hace falta leer mucho sobre los conflictos de interés http://is.gd/98KKTe
Desde luego me gustaría saber los de nuestra sociedad (me refiero a semFYC) en este tema. También me gustaría saber si el estudio FIATE está sostenido por el mismo laboratorio aunque me parece que sé la respuesta.
La web como siempre nos da la respuesta a la pregunta que hacía en el anterior comentario.
http://www.semfyc.es/es/informativo/proyectos_investigacion/
Me parece muy bien que semFYC publique esta noticia.Pero me gustaría ver en la misma un link a los acuerdos establecidos por nuestra sociedad,los autores del estudio y la industria en relación al patrocinio del estudio.
Eso sí que sería ser «pioneros»