25 N: Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres : Entrevista a Rosa Calvo

Mujeres invisibles para la medicina sin género de dudas

  “Solamente con escuchar a la mujer que decide contarte lo que le pasa, con silencio y respeto, dando espacio a sus pausas y no juzgando, es suficiente. 

Con motivo de El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer nos gustaría compartir con vosotros parte de las palabras y conceptos que Rosa Calvo, Miembro del grupo de inequidades en salud de Osatzen, referente de igualdad de género de la OSI Ezkerraldea-Enkarterri-Cruces, y experta en malos tratos y violencia de género, puso en relieve en el taller ‘Transitando desde la violencia simbólica a la violencia hacia las mujeres’, que ha organizado Osatzen.

Imprescindible sensibilización profesional

La violencia simbólica o la violencia de género continúa tan invisibilizada, que en muchas ocasiones se entiende como normal. Por eso, la sensibilización es fundamental ya que lo que no tiene nombre, no existe. Cuando te formas en género comienzas a detectar sensaciones o a ver cosas que antes no lo hacías. Cambia la forma de ver la televisión, de ver el lenguaje, de ver los síntomas que nos cuentan las pacientes.

En medicina las mujeres siempre hemos sido invisibles: desde la formación, hasta los ensayos clínicos, en donde todo ha girado en torno a la biología y fisiología del hombre. No somos ni mejores ni peores, pero somos distintos. Extrapolar estudios de hombres a mujeres hace que cometamos muchos errores, ya que al no tener ensayos propios, la mayoría de los medicamentos tienen más efectos adversos en mujeres que en hombres.

 

Si nos centramos en la violencia de género, las mujeres hemos estado invisibles y cuando nos han visto, nos han colocado en inferioridad. Siempre se han minimizado nuestros síntomas, nuestros problemas y cuando lo han hecho, los han situado en una posición inferior o los han intentado controlar: la maternidad, nuestro cuerpo, la estética, por ejemplo. Consecuentemente la invisibilidad,la inferioridad, la minimización de los síntomas o el control, son los sesgos que han llegado hasta la medicina.

La violencia y sus formas

Conocer los diferentes tipos de violencia también es importante. Si no sabes que existe la Violencia por omisión, no la reconoces. El no hacer es una de las violencias más duras para una mujer. Cuando te están violando o te están agrediendo y nadie hace nada, te graban con el móvil o incluso miran para el otro lado, eso puede ser más duro que la propia agresión que estás sufriendo.

Estas vivencias hay que comprenderlas desde dentro y la empatía puede ayudar a hacerlo, aunque siempre será difícil ponerse del todo en esa situación tan compleja que puede estar viviendo una persona. Hay que reconocer a la persona, su dolor y decirle que estás a su lado, que le vas a acompañar.

También es importante destacar que no existe ningún perfil para ser víctima de violencia. Mujeres de cualquier nivel cultural y social, pueden sufrir este tipo de violencia, cualquiera. Así mismo, tampoco hay un perfil de maltratador. De todos modos, a mí no me gusta la palabra de víctima, me gusta Superviviente.

Reenfocar, comprender, reflexionar

Tenemos que empezar a ver las cosas de otra manera: detectar los micromachismos o no reírse con chistes o situaciones que puedan ser machistas. Por otro lado, está el tema de la televisión y su propuesta constante de amor romántico que tanto daño nos ha hecho y nos sigue haciendo.

Además de esto, hay que comprender que existen desde mujeres tradicionales hasta contemporáneas, e incluso pueden coexistir ambas en la misma mujer. Debemos reflexionar y ver cuales son nuestros prejuicios, nuestras barreras o nuestra mochilas, ya que eso determinará cómo trataremos a las personas del entorno, a las diferentes razas, etnias e incluso a los distintos tipos de mujeres. Si tenemos estas barreras, difícilmente se podrá dar una buena atención.

Solamente con escuchar a la mujer que decide contarte lo que le pasa, con silencio y  respeto, dando espacio a sus pausas y no juzgando, es suficiente. No hace falta sacarla de ningún sitio: ella es la que va a salir y va a decidir cómo y cuándo hacerlo. Todavía queda muchísimo por hacer, pero cuando te formas en género mejoras como persona y como profesional.